Esta cafetería localizada en el barrio de Arrancapins puede presumir de tener uno de los mejores cafés de especialidad de la zona, además de ser un perfecto espacio de trabajo amplio, confortable y diáfano.

Fue en el año 2018 cuando Markus Schafrath decidió abrir Flying Bean Coffee. A pocos pasos de la Estación Joaquin Sorolla, se ubica este fantástico café de especialidad que durante los años 60 fue una agencia de transportes y en los años 90 una antigua imprenta. Durante la década de los 2000 se quedó vacío hasta que fue recuperado por Schafrath, gran amante del café de especialidad y de todo lo que este conlleva. ¿El resultado? Un espacio de 350m2 con una altura natural del local de más de 4 metros y puertas originales de madera.

«Mi idea era convertirlo en un espacio de café de especialidad donde la gente pudiera disfrutar de productos y un servicio de calidad en un sitio cómodo, amplio y diferente. Quería mantener prácticamente todas las características originales y complementarlas con plantas y detalles sobre el mundo de café, manteniendo el carácter industrial del espacio con toques minimalistas sobre la pasión detrás del proyecto: ofrecer un buen café», reconoce el propio Markus Schafrath.

Flying Bean Coffee Shop
Flying Bean Coffee Shop