Un alojamiento en el que el estudio Masquespacio, encargado del interiorismo, ha querido que la decoración se adapte a las diferentes personalidades de los viajeros haciéndoles sentir como en si estuvieran en una casa.
El edificio histórico combina los elementos típicos de las casas valencianas del siglo XX, como los techos con molduras y los suelos hidráulicos, con mucho color y un mobiliario moderno consiguiendo que cada una de las habitaciones tenga un ambiente distinto. El uso de patrones gráficos y los guiños a los aficionados al surf, a lo étnico o a la música, hacen que sea un espacio contemporáneo a la vez que hogareño.